El futuro de la humanidad sienta sus bases en la relación de las dos superpotencias de hoy: Estados Unidos y China.El gigante asiático afronta un sinfín de problemas: crear un sistema bancario independiente y sano; aliviar las necesidades alimenticias y energéticas de la población; afrontar una transición democrática al tiempo que se liberaliza la economía; sanar la brecha entre las ciudades y el campo; proveer de empleo a los habitantes; mantener a una población que envejece con rapidez; reducir la corrupción;….
Ninguno de estos problemas tiene que ser resuelto a la manera occidental. El país de la Tierra Media nos ha demostrado que es capaz de crear alternativas de gobierno, de cultura y de costumbres que no coinciden con las del resto del planeta. Sin embargo, en un contexto de creciente homogeneización de las sociedades, China afronta el reto del cambio mirándose en el espejo del mundo.
La posibilidad de una guerra abierta, o de una guerra fría que envuelva varias generaciones no se debe convertir en una profecía de autocumplimiento. La relación de ambas potencias en el contexto global de la competencia por los recursos y de la convivencia en un planeta cada vez más hacinado y contaminado, definirá el futuro de la humandidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario